Cena de Navidad’10

Cena de Navidad'10El pasado día 17 de diciembre la gran familia del gimnasio celebró su tradicional cena de Navidad. A los alumnos se unieron sus parejas, amigos… y todos juntos participaron de un momento entrañable de amistad, compromiso, ilusión y de perspectivas navideñas llenas de descanso, alguna que otra comilona y diversón.

La Navidad nos invita a la celebración y nos recuerda que todo lo nuevo es siempre diferente aunque parezaca que año tras año se repita. Cada día todo empieza y todo acaba y tenemos que aprender a valorar las oportunidades que nos regala en forma de nuevas experiencias.

A continuación os presentamos una selección de fotos de la cena…

Examen de Navidad’10

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El pasado día 17 de diciembre se celebró el examen de Navidad para paso de grado tanto en las categorías de infantiles como de mayores. Este año, varios cinturones marrones y negros 1r y 2º dan llevaban meses con una dedicación específica que puso de manifiesto en el examen las muchas horas de preparación invertidas.

El examen no es sólo un acto social, es sobretodo un ritual de paso hacia una condición nueva, hacia unas oportunidades nuevas y con unos compromisos nuevos también.

A continuación os presentamos una selección de fotos del examen…

El sinkyo y el taekwondo

SotdaeEl Sinkyo, la religión tradicional de Corea es originaria de Siberia y llegó a la Península con las tribus paleoasiátiques del Neolítico, auténticos antepasados ​​étnicos de los coreanos. ¿Qué es el Sinkyo? Es una forma de chamanismo que hunde sus raíces en la creencia de que nada en el mundo no es autosufiente, nada se entiende por sí mismo.

Los mitos, el de Tangun por ejemplo, explican algunas concepciones tradicionales pero estas concepciones necesitan expresarse luego en forma de ritos. Mito y rito se complementan por tanto. Los ritos comunales de Corea, actualmente se practican más de 500, se celebran en honor de una gran variedad de deidades tutelares: montañas y árboles, ríos, rocas, animales…

Changsung pueblo  NamsankolEl gradual desarrollo de la agricultura planteó la necesidad de trasladar los santuarios de las deidades protectoras en las aldeas, donde no es raro por ejemplo, a su entrada, encontrar dos tipos de postes: changsung (palos con una cara cortada y pintada en su extremo) y sottae («perchas del espíritu» con un pato cortado al final), que comparten en su simplicidad, el sentido de la honestidad y de la falta de pretensión de la gente que los creó mientras sirven para proteger la aldea de los espíritus malignos, y asegurar paz y prosperidad.

Se trata de creencias preparadas de cierto pragmatismo ya que el propósito de las celebraciones busca lograr longevidad, buena fortuna y bienestar, gracias a la intersección de los seres divinos. Pero además, los rituales campesinos conjugan las necesidades básicas del ser humano con una serie de actividades comunitarias en las que la cooperación es absolutamente necesaria, tanto para poder hacer frente a problemas como para proporcionar a los aldeanos una ocasión para fortalecer sus lazos sociales y desarrollar su sentido de la fraternidad y del destino común. Es en este aspecto donde, justamente, el taekwondo adquiere su sentido ritual. El coreano no concibe un rito que no finalice con una celebración en la que la música y el canto, la danza y, como no todo tipo de juegos folclóricos (uno de estos juegos folclóricos era un juego marcial, el Taekyon, el antecedente del taekwondo) sirvan de acción de gracias a la deidad tutelar pero también para que refuercen en cada individuo el espíritu de comunión con los demás.

seul88 exhibicio taekwondoEls ritos tradicionales mantienen viva la solidaridad, preservan las costumbres sociales y aportan reposo espiritual. El ser humano como individuo, los seres humanos como comunidad, la naturaleza y las deidades entran en comunión a través del rito, expresión de lo inefable el campo de acción del que incluye el límite geográfico y social de la aldea, convirtiéndolo así en un pilar de la sociedad tradicional.

En la práctica del taekwondo es fácil descubrir este aspecto ritual en tanto que es básico el espíritu de colaboración y el trabajo colectivo. El taekwondo enseña que el grupo es expresión de las individualidades y que los individuos encuentran apoyo y sentido en el grupo.

El origen del budismo coreano

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El año 372 d.C. llegó al reino de Koguryo el que con el tiempo sería otro elemento distintivo en la formación de los esquemas mentales del pueblo coreano: el Budismo. Tal ha sido su influencia que sería difícil encontrar un elemento de la vida cotidiana, tanto a nivel del arte y de la literatura, como de la estructura del propio pensamiento, en el que no se encuentre directa o indirectamente representado.

Podemos iniciar nuestro recorrido por el Budismo recordando primero qué tipo de mensaje es el que llegó a la península coreana. Su andadura se inició en la India del siglo VI a.C. tras una constatación radical: el padecimiento del hombre. Gautama, el joven príncipe que descubrió el sufrimiento en forma de enfermedad, vejez y muerte, y que fracasó en la búsqueda del auténtico conocimiento a través de un ascetismo severo que no lo acercó más que a las puertas de la muerte, decidió, después de alimentar su maltrecho cuerpo, esperar el estado de dicha suprema y se entregó a la meditación; fue a los pies de una higuera donde alcanzó la iluminación, se convirtió en Buda, el que ha despertado. A partir de entonces, toda su doctrina se orientó a resolver el problema de los que, somnolientos, tratan de abandonar las amarguras de la vida proyectando sus conciencias hacia el exterior con la intención de, haciéndose sordos a sí mismos, conseguir olvidar. El objetivo de Buda será la destrucción de la ignorancia, de la percepción equivocada de la realidad.

Fue en el gran Concilio de  Pataliputra del año 340 a.C. cuando se produjo la escisión que daría origen a las dos grandes corrientes de interpretación del mensaje de Buda, la que incidía especialmente en «la doctrina de los antiguos», Theravada,  poniendo el acento en los esfuerzos individuales por alcanzar la salvación, sin aceptar ningún tipo de ayuda en esa tarea, y la que se autocalificó de «Gran Vehículo», Mahayana, por cuanto según ellos la salvación no está reservada solamente a unos pocos individuos que sobresalen por su excelencia moral, sino destinada a toda la humanidad. Es esta forma de Budismo la que llegaría a China y más tarde, en la segunda mitad del siglo IV d.C. se extendería por los Tres Reinos en Corea [1].

Cuando el Budismo Mahayana alcanzó la península coreana, su mensaje de salvación ya había experimentado el primer filtro del interés chino por lo concreto. Si la cultura indo-aria era extremadamente lógica, racional, la del pueblo chino se había asentado en un sólido gusto por lo intuitivo. A este hecho se añadió el carácter del coreano que buscaba en el Budismo no ideas abstractas sino prosperidad y salud. Puede parecer paradójico que el Budismo no haya podido progresar en Corea sin el apoyo de las masas y, a la vez, haya tenido que evitar el riesgo de dejarse reducir por éstas a una forma de chamanismo. Es difícil encontrar, por ejemplo, un templo budista en Corea que no tenga, al menos, un santuario en honor al espíritu de la montaña.

El Budismo se convirtió rápidamente en una fuerza de centralización política, en un catalizador que transformó una comunidad basada en el clan en una sociedad cohesiva que permitió, por ejemplo, la unificación de los Tres Reinos (Koguryo, Paekche y Shil·la) por el reino de Shil·la el año 680 d. C. Fue entonces cuando el pensamiento budista alcanzó su esplendor convertiéndose en religión oficial y representando para el pueblo una fuente de energía espiritual.

[1] Sirva de ejemplo que, hasta el período de Koryo (918-1392), el credo central era el cultivo y práctica del espíritu del Bodhisattva, el destinado a la iluminación que pospone su meta de llegar a ser un Buda con el fin de salvar primero al mayor número posible de personas, una de las características definitorias del Budismo Mahayana.

 

El zen coreano

Hermita seon corea

Durante el siglo VIII d. C., en pleno declinar del reino de Shilla, llamado a desaparecer ante la presión del nuevo reino de Koryo (918-1392), proveniente de la China de la Dinastía Tang, fue introducido el que con el tiempo llegaría a convertirse en la forma predominante y peculiar del Budismo coreano: el Seon (Ch’an en chino, Zen en japonés), palabra que traduce la voz sanscrita dhyana (jhana en pali) y que significa «meditación».

¿Qué es el Budismo Son? Si os preguntara qué es una barrita de grafito encerrada en un prisma de madera y que sirve para escribir o dibujar, posiblemente, después de asegurarse de que no es una pregunta con trampa responderíais que se trata de un lápiz; pero si fuera un maestro Seon, la pregunta tendría una connotación distinta, él diría: –«Dime qué es este objeto que sostienen mis dedos, no me respondas que es un lápiz ni un no-lápiz, ni un lápiz y un no-lápiz a la vez, pero contéstame algo. ¡Rápido, habla, habla!» En este caso, quedaríamos desconcertados porque la pregunta no se mantiene dentro de los esquemas lógicos y por lo tanto la respuesta no puede surgir de nuestro entendimiento y, sin embargo, el maestro nos inquiere a dar alguna contestación.

El Son se inicia con una ruptura, hace saltar en mil pedazos las reglas de nuestra convencional creencia de que los conceptos reproducen la realidad, y se asienta en una afirmación radical: la realidad misma no se deja encasillar por ningún orden de ideas. Por ello, la respuesta habitual de muchos maestros cuando se les interroga sobre qué es el Son es: –«Siéntate y practica», es decir, adopta la postura del loto y medita, vacía tu mente de pensamientos para «que lo que es» aflore, como si de un escultor, que quita del bloque de mármol todo lo que le sobra para que surja la figura, se tratara.

Pintura prunerCuenta la leyenda que en cierta ocasión se encontraba Buda con sus discípulos en el monte de la Santa Aureola, cuando se le acercó un joven brahmán, llamado Kasiapa, quien, ofreciéndole una flor, le pidió que le explicase la doctrina. El iluminado tomó la flor y la contempló en perfecto silencio. Tras unos instantes se volvió hacia el brahmán y le sonrió. En ese gesto había nacido el Son. Esta parábola manifiesta la realidad, no habla de ella, nos invita a percibir el misterio y la belleza en medio de la vida, tal como ella acontece, en lo trivial, sin mediación de palabras ni de ideas, aquí y ahora.

Eso se taekwondo, vivir el aquí y el ahora tal como se presenta, ya sea cuando practicamos, ya sea cuando luchamos, ya sea cuando estudiamos o cuando tomamos una taza de té o una cerveza con los amigos. La actitud mental del taekwondista significa no tener ninguna actitud mental, ser capaces de ir más allá de la mente, dejar que lo que somos fluya a través de nuestro cuerpo en todo lo que hacemos, sentimos o pensamos. Esto es taekwondo y eso es Seon.

El hombre superior confuciano

Confucia corea Palau de Unhyeongung 2El confucianismo, corriente de pensamiento iniciado por Confucio (551 aC – 479 aC), también llegó a la península coreana durante el período de los Tres Reinos, a finales del siglo IV dC, pero su influencia no se dejó notar seriamente hasta el siglo XIV, con el reinado de Yi Song-gye, el fundador de la dinastía Choson (1392-1910), un budista convencido de que hizo del confucianismo un poderoso instrumento para la reorganización del Estado.

Las reformas sociales llevadas a cabo durante los siglos XV y XVI por gobernantes confucianos, generalmente cultos y estudiosos, permitieron una notable modernización del país y de sus mecanismos de justicia. Fue, además, una época de esplendor, una «edad de oro» cargada de invenciones que culminaría con un sistema fonético de escritura, llamado hangul, ideado para transcribir la lengua coreana.

El confucianismo es un sistema de pensamiento que se adaptará a la mentalidad coreana en partir de una visión del mundo muy afín a su propia concepción tradicional de la realidad. También para los confucianos es esencial la armonía con la naturaleza, consideran que el ciclo ordenado de las estaciones, la vida vegetal y animal y, por tanto, también la humana, se integran en un orden armónico preestablecido en el que todo intento de La alteración puede producir graves trastornos.

De esta visión armónica de los elementos que integran el cosmos se deriva una teoría moral y una teoría política estrechamente relacionadas. Precisamente será en las soluciones prácticas que el pensamiento confuciano dé a los problemas de la existencia individual y social donde presentará aspectos más novedosos. Los confucianos conciben el universo como una unidad de la que el hombre y la sociedad humana no forman más que una parte, consideran el devenir histórico, a diferencia de la occidental, no como el movimiento de progreso de una línea recta que se proyecta hacia el futuro, sino como la evolución gradual de una espiral, el desarrollo de la cual se fundamenta en el sistema educativo, en el modelo de conducta reflejado en los ritos y en el funcionamiento de la administración civil. Y todo ello siguiendo el precepto que señala que sólo prosperará la nación cuando exista armonía en las familias.

El confucianismo no deja lugar a dudas: el ser humano es un ser sociable por naturaleza, vive y debe vivir en sociedad. El individuo, la familia y el Estado se necesitan mutuamente, sólo individuos cultivados serán capaces de fundar familias unidas que constituyen los cimientos de un Estado próspero y bien administrado, ya la inversa, un Estado bien gobernado estimulará la avenencia de las familias para que éstas puedan orientar a los individuos por la vía de la perfección moral y cívica. El resultado será inevitablemente la armonía.

También el taekwondo busca la armonía personal, colectiva y social, comparte la visión confuciana sobre el lugar que ocupa el ser humano en la naturaleza y comprende el papel clave que desempeña el grupo en el proceso de maduración de las personas.

El confucianismo, al igual que el taekwondo, dará importancia capital al fortalecimiento de los lazos familiares ya la esmerada atención a los diferentes tipos de relaciones personales: entre el rey y sus súbditos, los padres y sus hijos, los ancianos y los jóvene , los hombres y las mujeres, así como también entre los amigos. Para el confucianismo es esencial la corrección, las buenas formas que surgen del interior del individuo por ser expresión de benevolencia, de buenos sentimientos hacia los demás hombres y no un mero acto aprendido y representado artificialmente. El amor filial no es, pues, un asunto de familia exclusivamente, sino que se asienta en la misma base de la sociedad tradicional y constituye uno de sus pilares.

Junto a las virtudes anteriores, el perfil del «hombre superior» se dibuja también con los valores de la lealtad y el perdón. El hombre superior será educado y justo, poseerá la virtud como algo imbricada en lo más profundo de su ser y permanecerá siempre en el «Justo Medio«. El hombre superior será moderado en todo, incluso en la propia moderación, hará de su vida un perfecto equilibrio. No es de extrañar, por tanto, que, debido a las altas exigencias que una vida humana, plenamente humana, comporta, abunden más los «hombrecillos», las personas que se entregan al egoísmo y se rinden por no soportar el peso de sus responsabilidades.

Las normas de cortesía del taekwondo, su visión del ser humano virtuoso leal y benevolente, la importancia que da al término medio como condición para una vida armónica y saludable en todos los sentidos, tienen su origen en la tradición confuciana.

El taoismo coreano

Tea Sage paintEl taoísmo es un sistema religioso y filosófico chino, que data del siglo IV a.C. Aparte el dudoso Yangzhu, los dos clásicos del taoísmo son el Laozi (o Lao-Tse) y Zhuangzi. El taoísmo llegó a Corea durante el período de los Tres Reinos, en el siglo IV d.C. Constituye el antiguo conocimiento coreano de las leyes que gobiernan los fenómenos naturales.

En las pinturas antiguas, el taoísmo suele representar simbólicamente a través de un hombre viejo con un niño cerca de él, rodeados por un paisaje montañoso donde manda generalmente un torrente. El niño simboliza la «simplicidad primordial» y el aprendizaje permanente del taoísta. El taoísmo coreano se encuentra en una situación paradójica, por un lado es bastante desconocido por los coreanos, por otro, impregna sus concepciones, la sabiduría colectiva coreana. Las enseñanzas minimalistas del Tao Te-king de Laozi constituyen la base de la concepción tradicional coreana del mundo. En él podemos encontrar el sentido del minimalismo, el gusto por el silencio, por no hacer de la cultura tradicional coreana.

¿Cuáles son los puntos esenciales del taoísmo coreano y que también lo son del taekwondo?

 

  • El «principio» central del taoísmo es el Tao (o Dao). La palabra «Tao» («do» en japonés, de ahí Taekwon-do) proviene de la combinación de dos caracteres chinos: ch’o, que representa un pie dando un paso, y shou, un jefe. El uso del Tao en el sentido de «la Vía» se derivaría del signo ch’o mientras que el de shou implicaría la idea del pensamiento, es decir, de una vía de tipo espiritual. Según Laozi, el Tao lo produce todo, lo rige todo, lo vivifica todo, su ausencia es la muerte. Por lo tanto el Tao es la forma como las cosas existen, cómo cambian y como nosotros deberíamos ser.  Zuang-zi recalca la trascendencia del Tao, en la que desaparece toda distinción, aun entre bueno y malo, entre ser y no-éssser, además, busca la unión mística con el Tao. Acentúa la oposición al confucianismo, se complace en denigrar y mostrarlo Confucio como un discípulo del taoísmo.

 

  • El fundamento del Tao es el «nada» (wu) y su acción se realiza sin actividad, por lo que el «hacer nada» (wu-wei) es la ley de la naturaleza. Es decir, nada forzado, artificial o no natural. A través de la obediencia espontánea a los impulsos de la esencia natural propia de cada uno y al despojarse a sí mismo de doctrinas y conocimientos, se puede llegar a la unidad con el Tao. Así significa que todo intento de atrapar la naturaleza de la realidad del Tao (ya sea con conceptos o con leyes, etc.) es vana. Podemos ver, escuchar y tocar la realidad pero el Tao mismo es invisible (yi), intangible (wei) y inaudible (xi). Aún así, poder hablar del Tao utilizando un lenguaje metafórico, simbólico, paradójico… y podemos decir que como origen, el Tao es la base última de los cambios aunque él mismo no cambia; como función el Tao propugna la «acción sin acción» (wei wu-wei) y, como sistema de virtud, el tao recomienda la ausencia de esfuerzo, de deseo y propugna la armonía y la simplicidad.

  • Por eso el sabio que está en acuerdo con el Tao, sin hacer nada, todo lo perfecciona, el buen gobernante, sin forzar, armoniza el imperio. Laozi subraya este acuerdo con la naturaleza y aborrece todo lo artificial o violento. El sabio trasciende toda distinción entre yo y no-yo, llega a ser uno con el Tao. Zuang-zi constatando los males que sufre el mundo y que ningún esfuerzo humano no puede arreglar, sino la virtud del Tao, propone una política ideal de inacción (no-intervencionismo estatal) y de libre espontaneidad. Por ello, cuando es llamado a un cargo, el rechaza: para el individuo predica el apartamento en el anonimato y una disciplina que, rehuyendo la multiplicidad de lo sensible, busca la unión mística con el Tao.

  • El taoísmo en el corazón de la instrucción moral. El ideal de educación no es ni «laico», ni «cristiano», sino que se corresponde con una lectura confuciana del clásico chino Daodejing (Doe Duk, en coreano), que significa El camino del Tao y de su virtud.

    Doe es la traducción coreana de Tao (o Dao), intraducible alfa y omega reunido en un diptongo, la raíz de todo fenómeno que se encuentra más allá de la contingencia del espacio, del tiempo y de la conciencia, pero que se ‘asemeja también, de manera sutil, el mundo de los fenómenos.

    Duk evoca la idea de virtud, pero sobre todo de reencuentro entre el cielo y el ser humano sobre la tierra. Concepto trinitario central del taoísmo que coloca al ser humano (Saramar) como mediador del cielo (haneul) y la tierra (tang). El Doe Duk enseña en todas las escuelas. Los cursos preparatorios se limita a definir el «estilo de vida correcta» («Ba-Reun Sang Whal«), en la escuela y el instituto sirve para instruir en «los principios morales de los ciudadanos» («Kuk Min Yul Lee«).

El «Libro de los cambios»

palgweUna de las inspiraciones básicas que dan forma a la visión de la realidad del taekwondista se encuentra en el Libro de los cambios (Yijing o I Ching, en chino, Chuyok, en coreano). Se trata de un libro anónimo muy antiguo que se remonta a la dinastía Zhou (1122-249 aC).

En un principio el Yijing era un oráculo, pero a través de sucesivas incorporaciones y comentarios se convirtió en una obra china fundamental tanto cosmológicamente como de especulación filosófica. Esta obra presenta una forma dialéctica de pensamiento que conecta todos los fenómenos a partir de un modelo dinámico universal de correspondencias simbólicas.

Sus principios básicos son:

1. El cambio es la característica básica del universo. El cambio no es sólo una característica del mundo natural, también lo es de la naturaleza humana. Todo lo que acontece es procesual, de modo que el universo tiene un carácter dialéctico. Podemos afirmar con Heráclito, «panta rei», pero también «en panta».

2. El cambio como relación dialéctica entre Jing y Ki. El confucianismo ha construido sus cimientos en Corea sobre el taoísmo. Pero se aplica a las leyes de la sociedad mientras que el taoísmo se aplica a las leyes de la naturaleza. En él encontramos los conceptos de Jing y de Ki presentes también en el taoísmo.

  • Jing, en tanto que esencia, tiene que ver con la fuente original. Lo que nos interesa es que viene a ser el principio fundamental e íntimamente vinculado a la red que conforma todo fenómeno, la estructura constitutiva de una persona, su base genética diríamos hoy. La naturaleza de Jing será la vacuidad, naturaleza luminosa, penetrante e indiferenciada.
  • Complementario suyo es el Ki (en japonés y coreano), Ch’i en chino, Prana en sánscrito), la fuerza material que opera sobre todas las cosas. Esta fuerza material será en producción interdependiente con el Jing. Ella lo obedecerá, pero sin ser la causa última, y estando sujeta tanto a la manifestación como la desaparición, contrariamente a Jing.

El Ki significa literalmente «aire, aliento, disposición de ánimo». Aunque usualmente se le traduzca por energía podemos afirmar que esta expresión, como cualquier otra, es errónea. Lo que importa (quizás porque sea lo único posible) no es lo que es sino lo que hace. La percepción del Ki es, por tanto, funcional. Pero explicadas todas estas reservas quizás lo más aproximado sea traducirlo por energía interna. Por ejemplo, para que una bicicleta se mueva hace falta energía. Esta energía se genera pedaleando, es decir, con esfuerzo (disciplina).

Este Ki lo reencontramos en las artes marciales coreanas (Taekwon ki moo do), la medicina tradicional coreana (Koryo Suji Chim, por ejemplo), y ciertos yogas taoístas de la respiración (Sun-do).

3. Existen dos polos energéticos en el universo, el Yin (Um en coreano) y el Yang, y que la energía (vibración) entre estos dos polos complementarios es la fuerza propulsora de todos los fenómenos. Yin y yang son conceptos centrales del pensamiento oriental. Producto de la observación de la naturaleza y de la sociedad, llegaron a formar parte de la medicina oriental.

En nuestro ejemplo de la bici, por supuesto que la esencia del pedaleo es apretar (yang) y aflojar (yin) de manera simultánea cada uno de los pedales.

Los caracteres chinos para el Yin () y el Yang () significan, literalmente, el lado en sombra y el lado soleado de una montaña. El soporte en y alrededor del cual el Yin y el Yang interactúan constantemente en sus papeles.

Por sí solos, el Yin y el Yang no significan nada, no pueden separarse el uno del otro, ni de la misma existencia, son complementarios. Cuando el Yin decae, el Yang se expande y viceversa, pero no hay absolutos. Nada es enteramente Yin o enteramente Yang. Cada uno contiene la simiente del otro. Esta interdependencia se ilustra en el símbolo de la Gran Polaridad con una simiente negra en la parte blanca y viceversa, diagrama del T’ai chi o Taiji, en chino (太極), Taegeuk , en coreano (태극).

En el Yijing, el yang se representa por una línea continua o firme —— que simboliza la dirección y el movimiento, y el Yin por una línea interrumpida — — que indica el espacio y la quietud.

Si combinamos las líneas yin y las líneas yang en grupos de tres líneas, obtenemos ocho combinaciones conocidas como «los ocho trigramas» bāguā (八卦) en chino, o palgwe (발궤) en coreano, de los que surgen los 64 hexagramas del Yijing que simbolizan todas las permutaciones básicas de las fuerzas y fenómenos naturales.

El yin y el yang se asocian con determinadas características que se manifiestan en todo el cosmos.

  • El yin se asocia con lo femenino y con la oscuridad, el almacenaje, la introversión y el frío. En el mundo natural, se presenta en la Luna y en el agua, y está presente en la sangre y en el interior del cuerpo humano.
  • El yang se asocia con lo masculino y con la luz, la actividad, la extroversión y el calor. En el mundo natural, el yang tiene su representación en el Sol y en el fuego; en el cuerpo humano se relaciona con el flujo de la energía vital (ch’i) y las superficies exteriores.

El árbol del taekwondo

klimt_arbre_de_la_vidaEl origen mítico de Corea se remonta al mito de su fundación, cuando el Príncipe Hwanung, hijo de la diosa Suprema del Cielo, descendió a un sándalo sagrado en la cima de la montaña Taebaek, la «montaña de la gran luminosidad» para construir la «Ciudad de Dios» (Shin-Si) (Ver la historia de Tangun).

Este mito nos recuerda el carácter sagrado de la naturaleza en general y de algunos símbolos en particular como las montañas y los árboles… También el Taekwondo es como un árbol que da su fruto cuando las diferentes partes que lo integran (raíces, tronco, ramas, hojas, flores) se armonizan entre ellas y con su entorno (la tierra, el agua, aire, el suelo). Sólo cuando se alcanza esta armonía es posible y efectiva la defensa personal. Una defensa personal que alcanza entonces una dimensión diferente a la puramente física porque es expresión de un individuo que está en el camino de la realización.

1. La tierra y el agua son el alimento del árbol. Así, nuestra tradición cultural representa la base sobre la que descansamos y en la que encontramos nuestro alimento. En el caso del TKD, su alimento y raíz es la tradición cultural en la que se ha gestado y ha progresado: el sinkyo, el Yijing, el taoísmo, el budismo y el confucianismo. Podemos decir que el TKD no es budista, taoísta, etc., Pero se habla con el acento de estas corrientes. El Taekwondo, desde el respeto a nuestra propia tradición cultural nos acerca al conocimiento de otros (pluralidad cultural) y nos ayuda a ser más sensibles ante las diferencias culturales cuestionando lo que de relativo hay en todas ellas y potenciando los valores universales.

arbretkd2. Las raíces constituyen la parte que penetra en el suelo y su función es fundamental para la alimentación del árbol, ya que absorben el agua y los nutrientes minerales y, a la vez, anclan el árbol al suelo. Nuestro entorno social, familiar y académico es el medio a través del cual nos formamos en un determinado contexto cultural. El Taekowndo nos aporta una serie de principios ideológicos y éticos que orientan nuestra vida: la benevolencia, la lealtad, la compasión, la integridad, la sinceridad, … Por tanto, el Taekwondo potencia valores como el compañerismo, las buenas costumbres, nos ayuda a comprometernos con nuestro entorno y eso significa ser más sociables, solidarios y valorar más la amistad.

3. El tronco cumple funciones de sostén, conducción y almacenamiento de los nutrientes de reserva. En el Taekwondo constituye el ámbito mental. La mente controla los órganos de los sentidos según principios como la ilusión por aprender, la constancia y la autonomía. También potencia el uso de la memoria, la imaginación creadora, la concentración así como desarrolla la inteligencia emocional. Las ramas permiten la prolongación de las funciones del árbol. Por un lado, representan en Taekwondo la armonización de las funciones físicas y fisiológicas del cuerpo a través del incremento de la fuerza, la potencia, la resistencia, la velocidad, la flexibilidad y el equilibrio. Una consecuencia directa de todo esto es la salud del practicante. Por otro lado, también es muy importante el desarrollo de la técnica marcial (Mussol) que permite el control propio y de los posibles oponentes. Podemos decir que el Taekwondo como deporte de combate y como arte marcial se sitúa en este punto de desarrollo del árbol.

4. El árbol respira y se comunica con el aire a través de las hojas. Las hojas simbolizan la capacidad de expresión en el desarrollo de una persona. Nos encontramos en el ámbito del arte marcial (Muyae), la armonización de la mente y del cuerpo permite la utilización de las técnicas marciales para expresarnos como individuos auténticos. Cada uno de nosotros es una obra de arte viva en expresión y que, en esta expresión, mantiene una relación de comunicación dialéctica con su entorno.

5. El proceso de maduración del árbol conduce a su florecimiento. Entramos en el ámbito espiritual del Taekwondo. Los principios marciales (Mudo) que llevan a la comprensión de la propia realización espiritual gracias a la potenciación de la atención como calidad espiritual. Así se logra la paz interior y de ella nacen cualidades como la confianza y la paciencia. El practicante descubre la auténtica libertad de su naturaleza y de ello se deriva un sentimiento de responsabilidad ante cada una de sus acciones.

6. Después del florecimiento, llega el fruto, en Taekwondo, llegado este punto desaparecen todas las distinciones entre Mussol, Muyae y Mudo. Es el ámbito de la meditación, la realización última de todas las capacidades del practicante.