Alimentación V-E-N

No se engorda solo porque se come demasiado, sino sobre todo porque se come mal. La clave está en practicar una dieta “V-E-N”: variada, equilibrada y natural.

Se trata de comer una amplia variedad de alimentos que se complementen entre sí:

  • Función energética:
    • Cereales, legumbres y patatas
    • Aceites y grasas
  • Función plástica:
    • Leche y derivados
    • Carne, pescado y huevos
  • Función reguladora:
    • Frutas – Verduras

 

Además hay que tener en cuenta los principios siguientes:

  • Evitar el consumo de alimentos procesados que contienen aditivos, conservantes y grasas saturadas para realzar el sabor.
  • Los alimentos crudos conservan intactos sus valores nutritivos y digestivos. Por lo tanto, se debe evitar, en la medida de lo posible, la adulteración del alimento a través del calor y, muy especialmente, a través de frituras.
  • Se deberían evitar los embutidos, las grasas industriales, el pan blanco, el azúcar y la sal blancos refinados, las conservas, el tabaco y el alcohol. Dichos alimentos deberían ser substituidos por las legumbres, las verduras, la fruta de estación, el pan integral y los cereales integrales.
  • Los niveles elevados de insulina generados por una comida abundante en hidratos de carbono impiden que el cuerpo utilice la grasa almacenada para convertirla en energía. Y no solo eso, sino que además, el exceso de calorías se almacena en forma de grasa. Por eso, la combinación de grasa con hidratos de carbono (como patatas con mantequilla) en una comida es un acelerador poderosísimo de la acumulación de grasa. La solución pasa por habituarnos al uso de hidratos con un bajo índice glucémico: frutas y verduras.

 

Los beneficios de una buena alimentación son evidentes a través de los siguientes síntomas:

  • Falta de hambre.
  • Falta de avidez por los hidratos de carbono.
  • Buena concentración mental.
  • Buena energía y rendimiento físico.

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