Un año más el examen de Navidad ha sido el examen más concurrido. Muchas familias y amigos querían ver cómo han evolucionado sus seres queridos en la senda del taekwonkimoodo.
Y un año más habéis mostrado que el esfuerzo diario, la disciplina y las ganas de aprender no sólo permiten momentos espectaculares que se conservan en el recuerdo de los asistentes, sino que también nos hacen crecer como individuos autónomos y capaces para este mundo tan complejo en el que vivimos. Pero mejor que mis palabras las de Joan Pere, que merecen ser conservadas:
«Repasemos. Llevo un estacazo en la frente. Y me duele la cabeza. Tengo un golpe en el codo derecho. Y no me puedo mover mucho porqué el costillar izquierdo se queja. En el glúteo izquierdo tengo un moratón. Y la rodilla derecha me empezó a flaquear el jueves. La izquierda hace meses que ya la di por irrecuperable. Los cuádriceps de las dos piernas parecen más bloques de hormigón que músculos humanos. Y los rectos van a juego. Tengo también un golpe en el muslo izquierdo y un pequeño moratón en la espinilla derecha. El dedo gordo del pie derecho no va mucho mejor que todo lo anterior. Y tengo sueño. Y estoy cansado.
Pero por nada me hubiera perdido el examen de ayer. Nos salió un buen examen. A todos. Aquellos con dobok y aquellos sin dobok. Porqué todos lo hicimos.
Y sin todos no hubiera salido.»